martes, 6 de enero de 2009

MINIFICCIONES DE DICIEMBRE O EXTRAÑAMIENTO NAVIDEÑO...

PRIMER PREMIO:

COMPAÑÍA, por Gabriel

Esta Navidad, con mis padres, como siempre, de viaje, me sentía muy solo; pero desde que usted bajó por la chimenea ya no. Si se porta bien, cuando lleguen los reyes lo suelto…

PRIMERA MENCIÓN:

NOCHEBUENA, por Wonder

Sacudió la cabeza mientras intentaba recuperarse del golpe y espantar el espejismo.
Aquella ventana con las cortinas corridas fue la culpable del terrible porrazo y no la cáscara de banana, como todos creyeron.
Pero fue inevitable quedarse espiando a esa hermosa mujer desnuda, recostada en el sillón, con la mirada perdida y una copa de tinto bamboleando en su mano.
Hipnótica belleza de cabello castaño, piernas largas y tristeza infinita.
Esa fue la primera y única vez que Papá Noel pidió un regalo para Navidad.

SEGUNDA MENCIÓN:

NADA ES LO QUE PARECE, por Arqui

Todo el mundo lo ve una vez al año, cuando se calza el traje y sale al escenario, saluda a su público, acaricia cabecitas infantiles y deja regalos para todas las familias. Muy encantador, pero cuando las luces se apagan, se desabrocha la casaca roja, se quita las botas como puede, arroja la bolsa como si se tratara de un trasto viejo, y cambia su sonrisa por una mueca avinagrada. Ni siquiera tiene ánimo para atender a sus renos, que como puedes ver, buscan algo de comida escarbando en la nieve. Te adelanto lo que sigue: cuando se reponga un poco del trajín, se sentará, como tantas veces, en el viejo sillón frente al fuego, con una botella de ginebra, y a vaciarla hasta la última gota. Tiene sus razones el tipo. Te pregunto: ¿quién lo abraza en la nochebuena?, ¿qué mujer besa sus labios a la hora del brindis?, ¿ha encontrado alguna vez un paquete con su nombre junto al arbolito? Claro, ahora tomas conciencia, ¿verdad? Bien, sigamos observándolo: está borracho como una cuba. Abre la puerta y comienza a caminar como un pelele, le grita no se sabe a quien. Mira, mira, cae boca abajo en la nieve, en medio de ese chiquero en que se ha convertido el lugar, después de tantos años de abandono. Pero no te asustes, siempre es igual. Cuando se le pase la resaca, esperará trescientos sesenta y cinco días para reaparecer jocoso, brillante, magnífico. Mientras tanto, es un pobre, solitario infeliz.

FUENTE: www.minificciones.com.ar

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